La semana pasada,
apareció una cría de gorrión en la puerta del garaje. Tenía pocos días, y solo
tenía un ojo. Lo cogimos y lo metimos en una caja de cartón, y le dimos de
comer. Como todo animal, ya de pequeño tiene instinto y sabe lo que le gusta y
lo que no. Probaba un poquito y si le gustaba repetía, y si no, no abría el
pico.
Comió, una masa
que hicimos con los cereales malteados del desayuno, no le gusto el de harina
de avena, aunque si la leche de avena…. Nos decantamos por los cereales, no me
veía yo cogiendo bichitos…. Mi niño le daba la papilla, y después agua con una
pajita… que susto nos metimos cuando vimos el buche hinchado.
La verdad es
que me sentía inquieta, aunque yo le alimentara y le sacara a delante ¿Cómo iba
a enseñarle a volar? ¿Cómo iba a enseñarle lo que tiene que comer y a escapar
de un gato? ¿le ibamos a salvar la vida para que la viviera en una caja?
Fue, en ese
momento, cuando recorde la visita que hice con mi hijo a Grefa el año pasado. Y
nos metimos en la red…
Al día, siguiente,
después de darle, agua y comida…. Sacamos a Pirrí fuera, le dejamos en el
patio, a la sombra, cerca de donde le encontramos.
Nos daba una
pena enorme, Pirrí, no se movía a penas (por pequeñin), estaba escondido debajo
de la caja. Vigilamos desde la ventana, por si aparecían gatos y cosas así. Para
gran ilusión, la que apareció fue su madre. Que bajaba hasta el suelo, con gran
cautela y muchas precauciones para darle de comer.
Ese día,
tambien durmió en casa, y aceptaba agua… a la mañana siguiente tambien… ya
empieza a moverse más, su madre una de las veces que nos acercamos a darle agua
sale en su defensa. Ya no nos acepta ni agua, ni comida.
Yo pensaba
cogerle por la noche, hace frío fuera…
mi niño me dice mama, tiene un
plumas.
En fin, el caso
es que, Pirrí alimentado por sus padres salió adelante, le salio el otro ojo, y
empezó a volar. Una semana después, cuando estabamos en el patio, bajo a
saludarnos, y de altura en altura, subió al nido.
Me siento
orgullosa. ;)
Comentarios
Publicar un comentario