Estamos en un momento donde a la hora de comer solo hablamos de los ingredientes, que si tiene aspartamo, glutamato, maltodextrina, es biológico, ecológico, transigente, ..... pero nos olvidamos de un ingrediente esencial, y es la energía de la persona que cocina. Parece una tontería enorme, pero no lo es.El alimentarnos es una actividad vital que hacemos todos los días, varias veces. Y todo lo que trae el cocinar cocinar, nos lleva tiempo, y mucho. Sin embargo, el mundo de hoy, quiere que hagamos más cosas, más rápidas. El final....acabamos buscando esa energía del amor en la comida, el que rico estaba el cocido de la abuela, en una variedad infinita de recetas distintas, ninguna de las cuales nos deja satisfecho.
Porque pensar, que por mucho que la receta que estáis cocinando sea, vuestra receta, si no le ponéis amor, ese día, todos dirán cosas como, hoy no esta tan bueno, le falta sal, le sobra tiempo...
Y el secreto es que la comida cogió la energía con la que estabas cocinando.
Y este, es el secreto de este chiringuito de playa. En el que el cocinero, me hizo un revuelto de verduras con patatas espectacular, a pesar de no estar en la carta.
Por cierto, y según mi familia, los boquerones y el resto de tapas estaban también impresionante.
Gracias José. En una época en que todo sale rápido del congelador, y pasa por el microondas y la freidora, se agradece comer fuera de casa y encontrar comida que sienta bien al cuerpo y al alma.
Pd.- Chiringuito Los Marisquitos. Playa Retamar. Almería. Como podéis observar, tiene unas vistas fantásticas del P.N. Cabo de Gata
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